La Biblia habla específicamente de tres cosas que debemos hacer para desarrollar una mente que esté de acuerdo con Dios. Quiero compartir los beneficios de cada una de ellas.
- “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3: 2 NIV) Esta es la clave para resistir la tentación. Mira, cuando de antemano tomamos una decisión para lo que queremos o no queremos hacer, pues entonces cuando venga la tentación, ya hemos sentado una base para tomar esa decisión correcta y es más propensa a superar con éxito la tentación. Por ejemplo, antes de entrar en situaciones sociales, decide «No voy a chismear. No va a arruinar la reputación de alguien y ofender al Espíritu Santo «. Otras tentaciones pueden requerir que decidas cosas como» Hoy no voy a comer cuatro barras de caramelo «. O » Hoy no voy a ver pornografía en Internet. «O» No voy a pasar el rato con personas que son de mala influencia. «Mi punto aquí es, no queremos esperar hasta que la tentación venga y luego reaccionar basándonos en cómo nos sentimos acerca de ello.
- «No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.» (Romanos 12: 2 NVI). Renovar la mente es un proceso continuo. Todos los días necesitamos dedicar tiempo a estudiar la Palabra para que podamos intencionalmente pensar según lo que dice. Y no podemos mantener una o dos áreas «chatarra» en nuestra vida de pensamiento, porque nos mantiene alejados de lo mejor que Dios tiene para nosotros. No estoy diciendo que tenemos que ser perfectos con esto, pero necesitamos progresar cada día para poder mantener nuestra mente renovada y crecer en nuestra relación con Dios.
- » Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento…» (1 Pedro 1:13 RVR). Probablemente estás pensando, ¿Qué significa eso? Básicamente está diciendo que necesitamos sacar toda la basura de nuestra mente fuera de nuestro camino para que podamos seguir corriendo nuestra carrera en Cristo Jesús y tener la victoria que Dios quiere que tengamos. Entonces estamos listos para actuar, siguiendo el plan de Dios para nuestras vidas.
Una manera práctica de lograr estas tres instrucciones de parte de Dios es tener una sesión de reflexión todos los días. Simplemente siéntate y di: «Voy a pensar en algunas cosas adrede». Luego pasa un tiempo pensando en las escrituras que renueven tu mente con la verdad de lo que Dios dice sobre ello, acerca de Su amor por ti, Su plan para ti, Cómo Él quiere que vivas y te comportes … Usa una concordancia para encontrar versos que cubren áreas con las que estás luchando o necesitas saber más. Quiero animarte a que escribas algunos de ellos y los pongas en lugares donde los veas todos los días, como el espejo del baño o el refrigerador.
Si te comprometes a concentrar tu atención en la Palabra de Dios, renovando tu mente con la verdad y sacando los malos pensamientos de tu camino, entonces experimentarás la plenitud de la nueva vida que todos podemos tener en Cristo. Todo lo que se necesita es un poco más de progreso un día a la vez.
El deseo de Dios es que seamos semejantes a Cristo. Nuestra mentalidad es el aspecto que Él medirá constantemente para la semejanza a Cristo. Dios nos ayuda en nuestro desarrollo al revelarnos mediante su Palabra las expectativas que Él tiene para nuestra mente. Mediante su Palabra, su obra, su gracia y su Espíritu, podremos llegar a tener la mente de Cristo.
En Cristo pondremos, renovaremos y ceñiremos nuestra mente de tal manera que Dios cultive en nosotros una mente espiritual caracterizada como viva, perseverante, humilde, pura, sensible y pacífica.
Dios le ha ordenado a su pueblo que “haya, pues, en vosotros el mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús” Fil. 2:5. Para sentir como Cristo siente, necesitamos la mente de Cristo. Debemos tener la mente del único ser humano perfecto que haya estado en esta tierra: la mente del Dios-hombre, Jesucristo. Si hay algo que a Dios le importa, es formar a Cristo en nuestras vidas.
Seis versículos del Nuevo Testamento describen cómo debe ser la mente del cristiano. En cada uno de ellos se menciona la palabra mente o se mencionan funciones de la mente. Así que tomaremos uno de ellos para cada día y meditaremos en cómo podemos cultivar esa característica en nuestra vida, ¡así que si estas listo comencemos!
Rom.8:6 Cuando ponemos la mente en el Espíritu, experimentamos vida. La mente que esta viva escoge lo espiritual en preferencia a lo carnal. Nosotros podemos escoger en qué pensar, por eso es tan importante la voluntad. La mente puesta en la carne esta en muerte, la mente puesta en el Espíritu está viva y activa y por tanto la mente de Cristo no es perezosa.
Debemos cuidar que nuestra mente no sea pasiva. Una mente pasiva es aquella que no tiene control de lo que piensa, es víctima de todo impulso externo, no puede controlar sus pensamientos sino que fluyen sin control. Una mente así no puede enfocarse ni controlar sus procesos de pensamiento trayendo distracción por todo y pérdida de tiempo mental.
¿Tu controlas tus pensamientos o ellos te controlan a tí?
Si no podemos controlarlos siempre culparemos a todo lo externo de lo que permitimos en nuestra mente ya sea malos pensamientos, ocio, tentaciones o pensamientos incluso del enemigo. Y si están en nuestra mente tarde o temprano bajarán al corazón engendrando pecado.
Fil.4:8 dice que puedes controlar y debes controlar tus pensamientos.
Practica este día el poner en tu mente todo lo verdadero, honesto, justo, puro, amable, lo de buen nombre, virtuoso, digno de alabanza y desecha de tu mente lo contrario.
