La Sabiduría de Reconocer a Dios

El Salmo 14 nos invita a mirar dentro de nosotros mismos y reconocer una verdad que, aunque sencilla, es fundamental: la vida sin Dios deja al corazón vacío y al hombre perdido en su propia oscuridad.

El salmista comienza diciendo: “El necio dice en su corazón: ‘No hay Dios’”. Este “necio” no es solo quien niega la existencia de Dios, sino también quien vive desconectado de la verdad, guiado únicamente por sus propios deseos y egoísmo. Vivir así genera un mundo donde la maldad, la corrupción y la injusticia parecen dominar, y donde el hombre se aleja de la fuente de vida y esperanza.

Pero el Salmo no se queda solo en un diagnóstico. También nos recuerda que Dios observa, conoce el corazón humano y trae salvación. Aunque la maldad parezca prevalecer, existe un refugio y una guía en la fidelidad de Dios. La invitación es clara: reconocer a Dios y caminar en Su verdad transforma nuestra vida, nos da perspectiva y nos impulsa a la justicia y a la compasión.

En un mundo que a menudo parece lleno de indiferencia o egoísmo, el Salmo 14 nos desafía a reflexionar sobre nuestras acciones, nuestras palabras y nuestras decisiones. Nos llama a vivir no según lo que es fácil o conveniente, sino según lo que es verdadero y eterno.

Reflexión final: Reconocer a Dios no es solo un acto de fe, sino un camino hacia la sabiduría, la paz interior y la coherencia con la verdad. Cuando elegimos vivir con Él, aunque el mundo pueda parecer “necio” o perdido, encontramos luz, propósito y esperanza.

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